LUGARES CON HISTORIA
Estación internacional de Canfranc
La estación internacional de Canfranc encuentra su origen en
la voluntad de unir Francia y España atravesando los Pirineos por Somport. Para
ello ambos países firmaron diversos convenios, el primero en 1904, y protocolos
posteriores que marcaron las líneas de actuación. En 1915, se concluyeron las
obras del túnel ferroviario. En 1923, se iniciaron las obras de la estación
siguiendo el proyecto del ingeniero Ramírez de Dampierre. Dicho proyecto
sufrió algunas modificaciones por parte de los ingenieros del Ministerio de
Fomento que decidieron sustituir la mampostería de las fachadas por hormigón.
Tras cincos años de obras, el 18 de julio de 1928 el nuevo edificio fue
oficialmente inaugurado en presencia del rey de España Alfonso XIII y del
presidente de la República Francesa Gaston Doumergue.
En septiembre de 1931, sufrió daños importantes debido a un incendio que se inició en el vestíbulo y que luego se propagó a la biblioteca destruyendo en su totalidad el restaurante de la estación y afectando a la techumbre de madera. Aunque inicialmente se señaló que un cortocircuito había sido el culpable del incendio posteriormente se descartó dicha causa y se habló de un incendio casual.
Durante la Guerra Civil pasó a ser controlada por el
Ejército franquista, siendo tapiado el túnel que la unía con Francia para
evitar cualquier tipo de penetración desde el país vecino. Entre 1940 y 1944,
la Segunda Guerra Mundial supuso su cierre al tráfico de viajeros y la llegada
del ejército nazi a la parte francesa de la estación. Esto supuso algún roce
con los militares españoles que seguían controlando la parte española del
recinto. Por Canfranc transitaron los trenes que transportaban el wolframio
que Alemania empleaba para reforzar el acero de sus tanques. A cambio,
toneladas de oro que venían de Suiza entraban en España.
En septiembre de 1931, sufrió daños importantes debido a un incendio que se inició en el vestíbulo y que luego se propagó a la biblioteca destruyendo en su totalidad el restaurante de la estación y afectando a la techumbre de madera. Aunque inicialmente se señaló que un cortocircuito había sido el culpable del incendio posteriormente se descartó dicha causa y se habló de un incendio casual.
El 27 de marzo de 1970 se cerró el tráfico internacional
tras el derrumbe del puente de L'Estanguet fruto del descarrilamiento de un
tren de mercancías francés. Esto generó una drástica reducción del tráfico
ferroviario.
En el año 2005 la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural
aprobó un proyecto de rehabilitación de la estación de Canfranc que en 2007
derivó en un convenio entre el Ministerio de Fomento y la Diputación General de
Aragón fruto del cual se destinaron cerca de 2 millones de euros a la
rehabilitación del recinto. Este proyecto se enmarca dentro de uno de mayor
amplitud que no solo buscaba restaurar la estación para convertirla en hotel de
lujo sino también la construcción de una nueva estación, la urbanización del
terreno de uso ferroviario liberado y la edificación de un museo ferroviario.
Durante las fases I y II entre 2006 y 2009 se realizaron inicialmente labores
de limpieza, saneamiento y desescombro para luego trabajar sobre la propia
estructura del edificio restaurando la cubierta, la fachada, las molduras
decorativas y el vestíbulo. Se procedió también a reforzar la estructura de
hormigón. Planificada también para 2009 la fase III sin embargo no se llevó a
cabo debido a problemas de financiación. Estos mismos problemas llevaron a
abandonar el proyecto de convertir la estación en un hotel de lujo. El 30 de
marzo de 2012, Luisa Fernanda Rudi anunció que la Diputación General de Aragón
había llegado a un acuerdo con el Ministerio de Fomento (propietaria de la
estación a través de Adif) para comprar la misma por un precio simbólico. Este
acuerdo obligará a modificar el convenio firmado años atrás. El 25 de abril de
2012, después de la reunión del Consorcio Urbanístico Canfranc 2000, el
consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes del Gobierno de Aragón,
Rafael Fernández de Alarcón, ha explicado que una parte de la estación de
Canfranc se podrá visitar en 2014, y ha señalado que emprendedores privados
trabajarán en el edificio desde 2015 para dotar a la infraestructura de usos
hoteleros, educativos, comerciales y culturales.
Finalmente el 15 de enero de 2013 el Ministerio de Fomento vendió la estación por 310 000 € al Gobierno de Aragón.
Finalmente el 15 de enero de 2013 el Ministerio de Fomento vendió la estación por 310 000 € al Gobierno de Aragón.
Estación de Las Delicias
Delicias fue diseñada como estación término de la línea de
ferrocarril de Madrid a Ciudad Real, que tenía continuidad hasta la frontera
portuguesa por Badajoz. La línea fue abierta al tráfico de modo completo el 3
de febrero de 1879 y, poco después de un año, el 30 de marzo de 1880, se haría
lo propio con la estación de Delicias, en un acto que fue presidido por los
reyes de España, Alfonso XII y María Cristina. La empresa que acometió la obra
fue la Compañía de Ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz y de Almorchón a las
minas de carbón de Belmez, que sería absorbida en ese mismo año por la Compañía
de los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), que buscó
deshacerse del edificio de Delicias, ya que su sede se encontraba en Atocha. De
este modo, y después de diferentes negociaciones, la estación de Delicias
pasaría a manos de la Compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Cáceres y
Portugal (MCP), que se encontraba en ese momento terminando sus líneas y
buscaba un emplazamiento idóneo en la capital del Estado. De este modo, el
proyecto llevado a cabo en Delicias por el ingeniero francés Émile Cachelièvre,
se convirtió en la tercera sede central de una compañía ferroviaria en Madrid.
Hay que aclarar que una estación de ferrocarril es algo más
que un edificio: es un conjunto de instalaciones y servicios necesarios para el
correcto funcionamiento de la explotación ferroviaria. Desde la regulación de
la circulación de trenes, a la facturación de mercancías, carga y descarga,
recepción y entrega de las mismas, o las instalaciones del servicio de
viajeros, con llegada y partida de viajeros o expedición de billetes, y un
largo etcétera. La estación de Delicias estuvo equipada con dichos servicios y
tiene, además, el honor de ser la primera gran estación monumental madrileña.
Desde su origen hasta sus años postreros, la estación se
estructuró en tres áreas bien definidas y separadas según su uso: mercancías,
viajeros y tracción. El servicio de mercancías estaba en el terreno comprendido
entre la vía de salida de los trenes de viajeros y el ferrocarril de
circunvalación, y disponía de muelles cubiertos y descubiertos para ganado y
carbón, vías de carga y descarga, y patios de camionaje. El servicio de
tracción se situó en el lado opuesto y fue creciendo hasta contar con depósito
de locomotoras, puente giratorio, naves de reparación, aguadas, depósitos de
agua y de combustible, grúas, vías y talleres de recorrido. Y, finalmente, el
servicio de pasajeros, instalado en el edificio de viajeros, construcción
singular formada por dos pabellones laterales adosados a la gran nave central
de vías y andenes. Estas áreas de trabajo se complementaron con edificaciones
como viviendas ferroviarias, pabellón sanitario, cooperativa o iglesia.
Cerrada la estación al tráfico de viajeros en 1969, y al de
mercancías en 1971, algunos de los inmuebles que conformaron su patrimonio
industrial han desaparecido o se han transformado al cambiar de uso, pudiendo
recomponerse ahora parte de su biografía a partir de los estudios de arqueología
industrial que se desarrollan desde el Museo del Ferrocarril de Madrid
Actualmente se celebra en el Museo del ferrocarril el
Mercado de Motores, donde se reúnen multitud de comerciantes y jóvenes diseñadores.
Por: Javier Sánchez
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